Evitar que el agua y sustancias contaminantes penetren en el sistema hidráulico es fundamental para prolongar la durabilidad de los componentes y asegurar un rendimiento constante.
Es frustrante cuando un equipo se detiene de forma inesperada. Es posible que hayas notado algunos problemas menores en el día a día pero no les hayas dado mucha importancia, como ruidos extraños, disminución de la velocidad o un aumento en la temperatura. Aunque el fluido hidráulico está diseñado para tener una vida útil casi indefinida, las impurezas como el agua, el polvo y la contaminación metálica afectan considerablemente su rendimiento.
La Contaminación y las Bombas Hidráulicas
Cuando el fluido hidráulico se ve expuesto al agua y a partículas, experimenta modificaciones en sus propiedades físicas y químicas. Los fluidos hidráulicos son formulados para aplicaciones específicas, por lo que cualquier alteración puede ocasionar altos niveles de desgaste mecánico y un rendimiento deficiente. Estos cambios pueden llevar a la falla catastrófica del sistema debido al desgaste que generan.
Los contaminantes ingresan a los sistemas hidráulicos de diversas formas y adoptan diferentes formas. A continuación, se presentan los más comunes:
Contaminantes de fabricación:
Los contaminantes mencionados, como el polvo, las virutas metálicas y las fibras textiles, son residuos generados durante el proceso de fabricación de las unidades. Para controlar y limitar la contaminación, la mayoría de los fabricantes establecen límites aceptables de contaminación en su operación, los cuales se definen en términos de relaciones de área y volumen.
Una vez que las bombas están ensambladas, generalmente se someten a pruebas de contaminación para garantizar su calidad. Posteriormente, se lavan y sellan antes de ser despachadas como unidades terminadas. Estos procesos adicionales se llevan a cabo con el fin de minimizar la presencia de contaminantes y asegurar que las bombas hidráulicas cumplan con los estándares de calidad requeridos antes de su entrega.
Contaminantes por ingreso:
Después de que la unidad ha estado en funcionamiento, la contaminación también puede ocurrir. El polvo, la ceniza y el hollín pueden ingresar a la bomba a través de sellos desgastados o respiraderos sin filtros adecuados. Aunque las partículas presentes en el aire pueden parecer inofensivas, pueden volverse problemáticas si se les permite ingresar libremente al sistema hidráulico durante un período prolongado. En entornos industriales con polvo o humo, hay muchas partículas en suspensión en el aire. Con el paso de las semanas y los meses, estas partículas se acumulan en el fluido hidráulico.
Además, los contaminantes pueden ingresar a las bombas durante el servicio en campo. Por ejemplo, si una manguera desconectada cae al suelo y se llena de polvo, y luego se vuelve a conectar sin ser limpiada, la contaminación resultante puede generar problemas. Además, incluso el aceite nuevo puede introducir contaminantes si no se maneja correctamente (a veces el aceite nuevo puede estar más sucio de lo que se piensa).
Para mantener la contaminación bajo control, es importante manejar los componentes con cuidado durante el mantenimiento. Se recomienda filtrar el aceite nuevo antes de introducirlo en el sistema. También es crucial inspeccionar regularmente las mangueras, los anillos-O y los sellos para evitar su degradación y evitar que sus partículas ingresen al sistema hidráulico.
Contaminantes por agua:
El agua y la humedad pueden afectar negativamente el fluido hidráulico al volverlo turbio y reaccionar con los aditivos, formando productos corrosivos secundarios. El agua tiene propiedades lubricantes muy pobres, lo que reduce la capacidad de formar una película lubricante adecuada. Esto disminuye la viscosidad del fluido y expone las superficies a la corrosión y el desgaste. Además, el agua puede generar lodos que obstruyen filtros, orificios y boquillas, y también promueve la oxidación cuando se mezcla con partículas metálicas.
El agua ingresa a los sistemas hidráulicos de varias formas. Por ejemplo, los sellos faltantes o desgastados permiten su entrada, como ocurre en un cilindro cuando los sellos no están en buen estado. En áreas con alta humedad, el agua puede ingresar como condensado a través de los respiraderos.